miércoles, 29 de marzo de 2017

Resonancia

Despertamos alrededor de las 9 de la mañana. Era la hora a la que generalmente abríamos lo ojos para ponernos en acción. Esa había sido nuestra última noche en la que dormimos en la van así que tenía su toque especial entre el cansancio y la nostalgia de saber que nuestro viaje se acercaba a su fin. Nos dimos los buenos días y nos desperezamos un poco.

Al cabo de un rato nos pusimos a acomodar el equipaje para que la entrega de la van fuera mas ágil a nuestra llegada. Mi mochila llevaba guardada en el mismo sito prácticamente desde que iniciamos el viaje así que al abrirla nuevamente me encontré con un libro. La verdad es que como me entretuve con otras lecturas durante el viaje prácticamente olvidé que había estado ahí esperándome.  

Lo saque de la mochila y pensé: este es un libro de esos que no deben llevar separador y deben estar a la mano ya que no importa la secuencia de la lectura sino que cada capítulo contiene mensajes que invitan a reflexionar. Puedo decir que es uno de esos libros para abrir y leer lo que en ese momento el te quiere decir.

Lo abrí y leí el título y me gritó: LÉEME. Lo dejé abierto boca a bajo sobre mis cosas y seguí empacando.

Me adelanté a ducharme así que estuve listo primero. Preparé café y puse a tostar el pan en lo que Aris terminaba de alistarse para desayunar juntos.

Tome el primer trago del delicioso café matutino y me senté a leer.

Aún siendo solo son unas cuantas páginas, el mensaje de la lectura inmediatamente me envolvió siendo la mitad del último párrafo la que me retumbó en la cabeza.

Me pareció genial compartir ese pedacito con Laura, quien estaba sentada a mi lado, ni siquiera la lectura completa tenía tanto mensaje como esas seis líneas. Le pregunté si podía leerle algo, asintió y comencé a leer en voz alta. Ambos soltamos un buen suspiro, nos miramos y afinamos el mensaje que cada quien había recibido para poder comentarlo.

Justo cuando empezamos a conversar el chavo que estaba sentado al otro lado de la mesa desayunando me interrumpió hablándome en inglés, se disculpó por haberlo hecho y agregó que como hablaba un poco de español no había podido evitar escuchar lo que recién yo había leído y quería corroborar si había comprendido.

Le expliqué con mis palabras ese medio párrafo, me hizo un par de preguntas entre inglés y español y le pasé el libro abierto en el inicio del capítulo. La verdad es que el tipo hablaba un español casi perfecto.

Mientras tanto con Laura conversamos e intercambiamos ideas ya que era un tema que días atrás en alguna de las charlas de la ruta habíamos conversado los tres.

Al cabo de unos minutos el chavo levantó la mirada y al igual que nosotros soltó un profundo suspiro. Me devolvió el libro diciendo:  justo ayer tuve una gran frustración y decepción por querer hacer eso que dice esta lectura y hoy me levanto y me encuentro con ustedes. Lo notaba reflexivo y emocionado.

Me preguntó quién era el autor y si sabía si podía obtenerlo en alguna librería en Islandia o en Europa ya que realmente le había gustado y quería tenerlo.

Le respondí que era un libro escrito por un amigo y ex alumno de mi época de profesor y que en este momento solo lo vendían en México. Estuve muy tentado a regalárselo ya que yo podría conseguirlo nuevamente a mi regreso a Morelia sin embargo le tengo mucho cariño ya que fue uno de los principales motivos para reencontrarme con mi amigo después de seis años, además que tiene una hermosa dedicatoria personal.

A cambio le ofrecí que iba a contactar a mi amigo y le preguntaría si lo tenía en algún formato digital para poder enviárselo. Sacó su teléfono y le anoté mi correo.

Llegó Aris a la mesa y nos dispusimos a desayunar, fue ahí cuando nos presentamos, él se llama Eran. La charla fue cambiando de tema para pasar a las preguntas típicas de un encuentro de viajeros: de dónde eres, cuánto tiempo llevas aquí, a que te dedicas en tu país, etc.

Conversamos un rato más mientras desayunábamos hasta que finalmente llegó el momento de nosotros retomar nuestra ruta y Eran prepararse para visitar el glaciar Snaefellsjökull.  Nos despedimos llevándome el compromiso de darle respuesta del libro.

Tomamos nuestra ruta y en el camino iba emocionado pensando, esta historia se la tengo que contar a mi amigo y estoy seguro que le dará mucho gusto.

Llegamos a Reikiavik varias horas después no sin habernos detenido en más lugares hermosos y haber hecho una pequeña caminata por unos acantilados con unas vistas increíbles. Nuestra última ruta fue tranquila y llegamos a nuestro destino.

Al día siguiente me llevé una grata sorpresa, durante la noche mi amigo publicó en su muro de Facebook la noticia en la que con mucha alegría comunicaba que su libro recién había sido publicado en Amazon en versión para Kindle lo que significaba que ahora estaría disponible en todo el mundo.

Además del gusto que me dio leer esa noticia tenía ya el elemento que faltaba para cumplir con el compromiso hecho el día anterior con Eran.

Escribo esto mientras volamos sobre el Atlántico de vuelta a casa y la reflexión que tengo en mente y te comparto es: “nunca sabemos a quién de los que están a nuestro alrededor les resuena una frase, una acción o una expresión nuestra, sin embargo de hacerlo es muy probable que por más pequeña que sea esa resonancia cambie el rumbo de sus siguientes pasos y por ende cambien los pasos que yo estoy por dar.

El medio párrafo dice:

“…al ego le gusta identificarse también con buenas intenciones que lo hagan parecer más y más bueno que los demás, por ende, en lugar de empezar buscando soluciones para los demás, ten la humildad de observarte primero, lo segundo va a ir tomando fuerza sin que te des cuenta como una bola de nieve que se agranda con tu potencial.”


Del libro de mi amigo y hermano de ruta Fredo Velázquez, PALABRAS VIVAS PARA UN yo MÁS HUMANO. Pag. 48. Editorial Silla Vacía.

sábado, 4 de marzo de 2017

Abriendo caminos en: ISLANDIA



Con este poderoso proverbio vikingo y a 1ºC de temperatura nos recibe #Islandia


Después de un largo y placentero viaje de poco menos de 9 horas, aterrizamos pasadas las 4 de la mañana en el aeropuerto de Keflavik. 

El frío se colaba por las rendijas del túnel de acceso a la terminal que se mezclaba con un delicioso olor a pan recién hecho. 

El primer shock: los letreros con palabras que jamás habíamos visto y si bien todo también está en inglés no nos dejaron de sorprender las palabras raras como "snyrtingar = baño".  

Nos pareció sumamente extraño ver que la salida y entrada de vuelos estaban prácticamente mezclados, es prácticamente imposible saber quien va y quien viene entre la mezcla cultural que se mueve aquí. Pensaríamos que todos sería rubios y altos pero no, se escucha una mezcla de todos los idiomas, colores, tamaños y rasgos. Algo simplemente maravilloso.  

Migración fue en toda la amplitud de la palabra INCREIBLE ya que no fue mas que una fila en donde te sellan el pasaporte, nos recibieron de uno en uno con una sonrisa sencilla, no hubo preguntas de: what's the purpose of your visit? o how long and where are you staying? bla bla bla...NADA. 

Y que decir del control de aduana, dos simples pasillos, a la derecha uno rojo (algo declarar) y a la izquierda uno verde (nada que declarar). Caminamos por el camino verde y pensamos que al abrirse la puerta estarían los oficiales de aduanas y...NADA, ni una sola persona revisando y mucho menos una inspección de equipaje, simplemente era la salida. 

Entre el cansancio y el shock parecíamos como espantados y medio perdidos. De cualquier manera sabíamos que la espera iba a ser larga pues nuestra amiga Alma Bsm (a quien pronto conoceremos en persona) ya nos había alertado que en la ciudad no abre nada en domingo hasta después de las 12:00 así que aquí estamos en espera de empezar a descubrir.

Dos anécdotas de nuestra llegada: 

La primera fue nuestro primer enfrentamiento con el temido cajero automático mejor conocido como: hradbanki o algo así porque la d esta como chuequita y se mezcló con una t. 

Ahí nos tienen metiendo la tarjeta a la mentada maquinita y por "costumbre" picar el monto mas alto que es de 150,000 coronas islandesas, claro esto lo hicimos por aquello del cobro de la comisión por retiro (no vaiga a ser y hay que optimizar), el resultado: transacción denegada. Probemos con otra tarjeta: transacción denegada.

¿Será que no funcionan las tarjetas? ¿Será que no son de RED?

Después de un par de intentos mas, nos iluminamos y sacamos nuestro flamante convertidor de divisas. Efectivamente jamás iba a ser posible sacar lo máximo que un cajero te puede dar aquí lo cual asciende a la cantidad de: $27,466.97 pesos a tipo de cambio de hoy...sin duda un monto casi cercando a los $5,000 pesitos autorizados por nuestros flamantes bancos. 

La segunda anécdota es esta hermosa frase de la foto que les compartirmos. Investigando un poco la frase completa dice así: 

Better weight
than wisdom
a traveller cannot carry.
The poor man’s strength
in a strange place,
worth more than wealth.

El significado es sensacional y nos hizo click al instante: 

"La sabiduría viene de la experiencia, no de la lectura"

Cuando has hecho algo una vez, dos o quizás decenas de veces, hacerlo bien se hace más fácil. El placer de hacerlo bien debe estar en mejorar, no en el descubrir cómo se hacen las cosas. Las lecciones del hacer vencen al aprendizaje del leer.


Con mucho cariño les agradecemos a todos por acompañarnos en esta aventura del #aquiyahora

viernes, 17 de junio de 2016

Viajar es increíble en el aquí&ahora

La vida está en esos momentos
que eres tan pequeño y grande a la vez.


Después de tres meses de estar de vuelta en casa en los que han pasado infinidad de cosas complejas en nuestro "proceso de readaptación", finalmente llegó la Kotowa a Houston.

¿Por qué a Houston?

Nuestra flamante aduana mexicana que si bien ha evolucionado de forma "positiva" en los últimos años aún tiene algunos procesos un poco absurdos y había que pagar de nuevo impuestos, IVA y gastos de importación. Así que lo mas fácil fue enviarla al vecino del norte e ir por ella. Además de que conseguimos un contenedor junto con otras motos gringas y una camioneta canadiense.

Después de una ardua semana de trabajo y capacitación en el Distrito Federal, en donde tuve la oportunidad de reunirme y hospedarme con Isabel a quien no veía desde que estuvimos en Mendoza y con Regio y Pau quienes también fueron excelentes anfitriones.

Salí a las 4:30 al aeropuerto a bordo de un Uber que compartí con Flora, una amiga guatemalteca que conocí en la capacitación del fin de semana. Medio atarantado nuestro conductor tuve que guiarlo para que pudiera dar con los accesos al aeropuerto. Finalmente ambos llegamos bien y a tiempo.

En la revisión del equipaje de mano me quitaron mi loción ya que no me percaté que era de 125 ml y solo se permiten 100 ml. Aún no entiendo como es que alguien llegó a la brillante conclusión de que 25 ml hacen toda la diferencia en los esquemas de seguridad aérea internacional. En fin, la di por perdida y al poco tiempo abordé el avión.

Houston me recibió con un calor abrasivo y húmedo. Bajé del taxi que me llevó al almacén donde recogería a Kotowa y no habían pasado ni 30 segundos y ya estaba completamente empapado en sudor. En proporción es mas económico viajar de DF a Houston que viajar unos cuantos kilómetros en taxi dentro de la ciudad de Houston, casi 80 USD que además te obligan a dar una propina absurda.

Llegué por Kotowa y ahh que alegría verla ahí esperándome en el almacén, un poquito empolvada y sucia pero completa y bien. Lo mejor, que prendió a la primera y el motor se escuchaba al 100.

Empecé a alistar el equipaje y vaya que había perdido práctica pues me tardé un buen rato además de que en el ínter estuve conversando con Nico Larrea, un peruano que tiene mas de 30 años viviendo en EUA y quien es dueño del almacén donde fue recibida nuestra moto. Después de algunas anécdotas de viaje e historias del Perú. Emprendí la salida y en la esquina me di cuenta que las llantas estaban bajas de presión. De cualquier forma había que ir por gasolina pues no llegaría muy lejos con lo que tenía.

Llené el tanque y me acerqué a la máquina de aire. Como costaba y no traía cambio saqué el compresor que llevamos e inflé la delantera pero se apagó y no volvió a prender. Así que tuve que recurrir a conseguir cambio.

En ese instante se acercó un chavo que venía en una de esas camionetas gigantes que para subir se necesita casi una escalera (no pude tomarle foto). Me preguntó un poco sobre el viaje y conversamos un rato. Le pedí cambio y me dijo que no tenía pero me preguntó si traía dinero y le respondí que si, nos despedimos y el se alejó a su gigante camioneta.

Al poco rato ya estaba en la camioneta parado detrás de la moto para salir de la estación. Me grita y me pide que me acerque a la ventanilla, tuve que dar la vuelta hacia el lado del conductor pues del otro lado se asomaba un perro. Me acerqué y sacó la mano por la ventanilla diciendo: quiero ayudarte. Me quedé mudo cuando me acercó un billete de 20 dólares y me dice, es para la gasolina de regreso a casa. No tuve ni tiempo de reaccionar y me quedé atónito ante esa situación.

Le agradecí y acepté el billete. Se fue despidiendo con su mano por la ventana y creo que fueron alguno segundos en que yo me quedé parado ahí en la plancha de concreto asimilando lo que había sucedido.

¿Hay gente buena en el mundo? Si, sin duda estos pequeños y sorprendentes momentos son lo que hacen que viajar sea realmente INCREÍBLE...#aquiyahora

jueves, 5 de mayo de 2016

A esta hora estábamos llegando a Guadalajara

"¡Es que va a ser difícil 
que volvamos hacer como antes del viaje, 
esto es un viaje de ida y
aunque no nos movamos 
nuestra cabeza trabaja distinto!"
Hernán Denk

A esta hora estábamos llegando a Guadalajara, muy acalorados después de las 3 horas de viaje en carretera y un poco de tráfico ciudad, paramos a comprar nuestro nuestros intercomunicadores que unos meses después quedarían arruinados en una tormenta en Nuevo México. 
Así fue el comienzo, todos los nervios, las despedidas, la incertidumbre, la emoción. Sabíamos que queríamos llegar lejos pero no sabíamos todo lo que el camino nos tenía preparado. 
Bautizamos la aventura como Aqui&Ahora: Abriendo Caminos pero no sabíamos que sería el mas grande reto aprender a vivir de esa manera. 
Salimos acelerados, como si la meta fuera llegar y no disfrutar el camino. Pero el camino y la ruta son sabios y nos lo mostraron conforme fuimos recorriendo los kilómetros. 
Gastábamos mucho al principio y tuvimos que aprender a usar nuestros recursos de forma inteligente para que nos alcanzara para todo el año. No sabíamos realmente lo que implicaba tener una cuenta con dinero pero proyectar los gastos a muchos meses hacia adelante y mas sin saber a ciencia cierta lo que costaba la gasolina, hospedaje, alimentos, visitas, etc. 
Aprendimos a pedir ayuda; a pedir hospedaje, a dormir en el campo, en el suelo, bajo una mesa de billar, en un mini sillón los dos; a cocinar en una hornilla de gas y comprar en los mercados y supermercados por raciones pequeñas; a pasar frío y sudar como nunca, a manejar mojados, secos, helados, acalorados, cansados; a no bañarnos o a darnos baños de avioncito; a hacer amigos en el camino y que hoy son los mejores; a tomar decisiones para seguir pero también aceptar que a veces el camino no deja seguir y está bien. 
Muchos nos han preguntado ¿cómo les fue? y respondemos ¿cómo te fue a ti el último año? Haciendo un recuento del viaje nos fue realmente bien, tuvimos un accidente que nos mostró que el camino lleva su ritmo y las caídas son parte de la vida para poder levantarse y seguir. Pero estamos vivos y eso es una bendición pues muchos hermanos moteros se nos adelantaron en el camino viviendo su propia aventura. 
No tuvimos ningún problema con aduanas o autoridades, mas allá de los trámites normales de entrar a un país. No dimos ninguna mordida y solo nos pidieron una que al final pudimos resolver sin caer en esa práctica. No nos robaron nada aunque si perdimos varias cosas. 
Dejamos muchas cosas del equipaje y nos hicimos de otras aprendiendo a viajar ligeros y con lo estrictamente necesario. 
Vimos lugares mágicos, dormimos en sitios extraños, comimos lo que jamás habíamos probado, bebimos mucha cerveza y vino, hablamos, lloramos, nos reímos, danzamos, filosofamos, dijimos estupideces, nos peleamos, nos reconciliamos y nos amamos en cada sin irnos a dormir si había algo pendiente. 
Aprendimos a extrañar, no solo a la familia y amigos, sino a cada persona que nos cruzamos en el camino y con quien compartimos. 
Aprendimos el valor que tiene una calca o un parche en la chamarra, una bandera. El valor tan trascendente que tiene el saludo motero. La honorabilidad de los motoclubes, las redes de apoyo en especial Riders Internacional que hoy es un sueño en México pero sobre todo la hermandad que existe como soporte entre aquellos que montamos en dos ruedas. 
Aprendimos a manejar en pareja y en equipo para tener mayor estabilidad de la moto, a rezar en silencio para cruzar los vientos y los ripios interminables, a confiar en nuestra intuición y a darnos ánimos cuando ya las pilas estaban dando las últimas y a cantar a todo pulmón cada quien por su lado
Descubrimos que vale la pena viajar. Antes de salir nuestro amigo Rodrigo de Plan Pingüino nos dijo: "se van a sorprender de la cantidad de gente buena que hay en el mundo". Esa frase dice y significa más que cualquiera que hayamos escuchado alguna vez. 
Sin querer inspiramos a muchos que nos siguieron, pero también fuimos inspirados por cada uno de ustedes. Con muchos nos conocemos, con muchos no pero estamos unidos. 
Hoy tenemos la consigna de regresar al mundo todo lo que nos dio en estos meses, de compartir las aventuras pero mas allá de sembrar esas ganas de seguir adelante cuando tienes un sueño. Fácil no fue y no nos referimos al camino o a estar montados horas en la Kotowa. Sí, fue un reto físico pero fue mas mental y espiritual, muchas veces estuvimos a punto de autosabotearnos, de pegar la vuelta, de parar. Pero también nos dimos todo el ánimo y nos acompañamos en el camino, seguimos hasta donde para nosotros era necesario y llegó nuestro momento de volver. 
¿Lo volveremos a hacer? 
Ningún viaje será igual. Si nos aventuraremos de nuevo pero el camino será distinto, la gente será otra, la experiencia será nueva y la ruta tendrá nuevos retos para nosotros. 
¿Vale la pena? Sí, sin duda aprender a vivir en el ‪#‎aquiyahora‬ fue el mayor reto de todos y seguimos aprendiendo. 
Hoy estamos de vuelta en el hogar, pero nunca nos fuimos si al final el hogar siempre estuvo con nosotros y el calor se lo dieron todos aquellos con quienes compartimos. 
Fue un viaje inolvidable pero no será el único, no puede ser el único. Esta vida es un viaje y vale la pena disfrutar cada momento del camino. Al final de cuentas si de algo podemos estar seguros es que si tiene final pero jamás sabremos cuando...
"¡Es que va a ser difícil que volvamos hacer como antes del viaje, esto es un viaje de ida y aunque no nos movamos nuestra cabeza trabaja distinto!"  Nos lo dijo nuestro hermano Hernán Denk

Nuestra primera foto del viaje...antes de partir.



Nota al pie: ya viene la Kotowa, pronto iremos por ella y será una pequeña aventura más para traerla a casa.

viernes, 22 de abril de 2016

Crónica de un regreso a casa.

Me gusta más llegar que irme
pero más me gusta volver


Quitando la emoción de la llegada y estar ya en casa, hoy nos atrevemos a develar la tétrica historia de nuestro regreso. No todo fue tan sencillo como queríamos que fuera.

La última parte de nuestro viaje fue agotadora. Gracias a que pasamos 5 días maravillosos con nuestros amigos Alejandro y Eliana en Puerto Montt pudimos descansar y olvidarnos un poco de las carreteras y de nuestra querida Kotowa. Eso sí, le dimos su consentida pues finalmente después de miles de kilómetros pudimos comprarle su parabrisas alto y cambiarle la guarda de la cadena que habíamos dañado tiempo atrás. 

Saliendo de Puerto Montt decidimos irnos de corrido hasta Santiago precisamente para ya estando allá poder resolver lo del envío de Kotowa y ver como volveríamos. Lo hicimos en dos días. el primero de unos 600 kilómetros y el segundo de poco mas de 400 así que nuevamente agotados llegamos a casa de nuestra amiga Arianna quien nos recibió super cariñosa. 

El panorama de enviar la moto no era alentador, en el camino se nos cayeron unas 8 alternativas que teníamos ya que la mayoría de las navieras no operan carga personal así que llegando a Santiago teníamos la esperanza de poder hacer algo. 

Llegamos un jueves a medio día así que estuvimos descansando y mandando correos durante toda la tarde. Esa noche fue muy extraña. Sentados los dos en la sala del departamento empezamos a conversar sobre el regreso. Fue linda la charla pero complicada pues hablar de lo que realmente queríamos y poder compaginar en una sola decisión fue un reto. Regresar ok, pero cómo. Mandar la moto a Panamá, a Guatemala o a EUA, pues nuestra flamante aduana funciona de una manera un tanto absurda y llevarla a México implicaría una cantidad de gastos que no estábamos dispuestos a cubrir, dejar la moto y luego volver por ella, seguir por tierra hasta México con el tema de cruzar de Colombia a Panamá en donde igual requeriríamos de algún transporte para la Kotowa y nosotros volar o en velero. 

Nos quedamos hasta las 3 de la mañana sin llegar a algo específico y nos fuimos a dormir. En la mañana todo fue un poco diferente. Después de la llamada con nuestro amigo Luck para darle la noticia que no llegaríamos a su boda, como que algo se detonó. Claro la tristeza de no poder estar en un evento de los amigos y con la familia en tiempos difíciles complica todas las decisiones, ligado a las ganas de seguir viajando y llenándonos de experiencias.

Fuimos a visitar personalmente una naviera y la respuesta fue, si los apoyamos pero la próxima semana les damos las alternativas...Así que ahí estábamos, pensativos y dudosos y volvimos a casa de Arianna. No recuerdo bien en que estuvo eso probablemente se debe al impulso que tiene Aris de hacer las cosas lo que de repente movió todo y cambió los planes: vámonos, si VÁMONOS HOY!!

Viernes, una de la tarde hora de Chile y nosotros con ganas de estar en México al día siguiente. Llegó Arianna le comentamos la idea y nos dijo: VAYANSE tienen que llegar a esa boda!!! podíamos dejar la moto y dejar las cosas y decidir después que hacer. 

Así que ahi nos tienen a los dos buscando vuelos y vimos la luz, un vuelo salía de Santiago a la 1:50 am del sábado llegando a Panamá a las 6:00 am y conectaba a las 9:15 a México para llegar a las 12:40 pm a México y hasta teníamos la suerte que había un vuelo de la Ciudad de México a Morelia como a las 2:00 pm y llegar mas rápido a casa. Las cosas no podían estar saliendo mejor. 

El sitio de Copa no estaba funcionando bien así que hicimos la compra por teléfono, nos confirmaron el vuelo y nos dijeron que estaba todo OK. Así que felices nos pusimos a hacer el equipaje, dejamos todo acomodado en la Kotowa y esperamos a que diera la hora. 

Eso sí, jamás llegó el correo de confirmación pero como por teléfono nos dijeron que todo estaba OK, pues confiamos en que todo estaba OK. 

Nos despedimos de Arianna con quien no pudimos compartir mucho así que tendremos que volver a Chile pronto y nos fuimos al aeropuerto. Muy puntuales hicimos fila, ni equipaje traíamos así que no teníamos que hacer nada mas que registrarnos. Felices y emocionados por volver llegamos al mostrador y oooh sorpresa: 

Chica del mostrador: No están en el vuelo.
Nosotros: como, si tenemos el numero de reserva.
Chica del mostrador: ok, denme oportunidad y esperen por allá y revisamos. 
Nosotros: Uff que susto, OK

Pasaban y pasaban pasajeros, se iban las demás personas que atendían en los mostradores y nosotros ahi parados esperando que nos dieran respuesta, incluso ofrecimos ir a hablar a la oficina de Copa pero nos dijo la chica que no, que ahora lo revisábamos. 

Nos dio la 1 de la mañana y seguimos parados "por allá", nos llamó la chica y para no hacer el cuento largo, nos dijo que no podíamos volar porque no estábamos registrados en el vuelo, que nuestra reserva había sido bloqueada por una de esas áreas de las aerolíneas que existen para arruinar todo. 

Así que bueno, con la mano en la cintura y su sonrisa escueta nos dijo que no podíamos viajar y que además ya habían cerrado el vuelo. Ah bueno listo, ¿qué, nos vamos y ya? Se nos cayó el mundo... y parecía que la chica no tenía mayores ganas de ayudarnos. Nos decía que llamáramos a atención a cliente...si claro, a la 1 am y si nos despegábamos de ahí ella se iba. Así que no. Veamos opciones pues tenemos un problema (dicen que diciendo esto la otra persona reacciona, pero no, no fue le caso). Opciones: 

- Si está bloqueada la reserva, desbloquea: No puedo
- Véndanos otro boleto: Ok...mmm ahh no puedo porque no hay lugar en el vuelo de conexión Panamá-México.
- Les puedo dar primera clase (sabiendo que eso nos iba a costar joyas...¿bueno a ver cuanto cuesta?): mmm...si si hay lugar...ahh pero si es primera clase tiene que ser tooodo el vuelo en primera clase es decir desde Santiago a México y en el vuelo de Santiago a Panamá ya no hay. 
- Deme un boleto de Santiago a Panamá y ya allá yo veo que consigo para volar a México: No no puedo porque las regulaciones de Panamá dicen que si usted va al país, tiene que tener prueba de que va a salir, así que no puedo venderle solo ese. 

A todo esto agregarle las ganas de mentarle la madre a la chica que no hacía ni el mayor esfuerzo por apoyarnos y sabiendo que si lo hacíamos perdíamos toda posibilidad de resolver algo. Y sabiendo que si no llegábamos el sábado como lo teníamos planeado perdíamos el vuelo (ya pagado) de Ciudad de México a Morelia. 

- Véndame un vuelo para salir ahora y el de Panamá a México démelo para el domingo. 

Aris me volteo a ver con cara de eso no nos sirve...pero ya la chica estaba haciendo las reservas y bueno. La idea era estar en Panamá y ya allá ver que hacíamos pero corriendo el riesgo de quedarnos una noche allá. 

Nos subimos al avión con la moral por los suelos. Pusimos la película de "Los 33" y al poco rato ya estábamos los dos hechos un mar de lágrimas, no sabemos si por la película o por la tensión que estábamos viviendo con nuestro travesía. 

Maldormimos algunas horas y aterrizamos en Panamá a tiempo. Bajamos casi corriendo del avión y la ventaja de no llevar equipaje documentado ayudó a que a 15 minutos después estuviéramos en la fila de Copa para revisar opciones. 

Nos atendió una chica super amable, desafortunadamente nos dijo que por la hora no podía apoyarnos y teníamos que esperar una hora. Así que bueno, nos sentamos a esperar...de nuevo. 

Pasó la hora y nada, otra media y nada. La hora de salida del vuelo se acercaba y nosotros en incertidumbre total. Le rezábamos a todos los angelitos que nos ayudaran pero las cosas no era favorables. Nos llamó la chica y nos dijo que todo el vuelo estaba registrado y que era difícil tener lugar, pero que luego hay gente que a la mera hora no aparece y que de ser así podríamos volar. Así que nos mandaron a la puerta del vuelo a esperar a que alguien no apareciera. 

Subía y subía gente y nosotros ahí sentaditos esperando un milagro. Faltaban 10 minutos para que diera la hora de salida. 

En eso nos llama la chica del mostrador y nos dice, hay una posibilidad de que dos personas no se suban porque la policía esta hablando con ellos, sigan sentados. Volteamos y frente a nosotros dos policías vestidos de civil, parados junto a un hombre y una mujer. Se para el hombre y el policía le grita: siéntese que usted por lo menos en este vuelo no se va... una lucecita nos iluminaba un poco el camino. 

Pasa el tiempo, faltaban 5 minutos... y nada.

Nos llama la chica del mostrador y no pide los pasaportes, ufff lo logramos!!! No, nos dice la chica, solo quiero adelantar pero la policía aún no dice nada...tic tac tic tac...

Listo aborden ahh pero les va a tocar en asientos diferentes!!! Creo que los dos soltamos unas lágrimas de alegría y no nos cabía la sonrisa en la cara. 

El resto una gran historia. Llegamos a Morelia y ya nos estaban esperando para ir a comer unos maravillosos tacos del Infierno. Compartimos un poco con la familia, a algunos los tomamos por sorpresa...finalmente después de 10 meses, 7 días y 2 horas con 30 minutos y varios miles de kilómetros recorridos volvimos a casa. 

Ponernos tan elegantes fue toda una odisea...
Nota al pie: llegamos a la boda de Luck y Pau, nadie nos esperaba así que la sorpresa fue muy emotiva, pero esa es otra historia que contar...






sábado, 27 de febrero de 2016

No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella. Gracias Argentina

No te tomes la vida en serio, 
al fin y al cabo no saldrás 
vivo de ella.
Les Luthiers

Argentina sin duda representó un llenarnos de nuevos amigos, de comer y empezar a hablar distinto.

Y como no va a ser así si acá todo se comparte y todo lleva un ritual de por medio.

Desde que cruzamos la frontera y a pesar de echarnos el proceso de aduana mas tedioso que hemos tenido, nos dimos cuenta que Argentina es, con respeto a quien lo idolatra,  mucho mas que la mísera proyección de soberbia que Maradona se encargó de dar de su país al mundo (a nuestro modo de ver).

Descubrimos que basta con poner un plato de empanadas en el centro de la mesa para poder tener una larga conversación y prepararnos para salir a los boliches tan tarde que era increíble pensar que hay lugares que no abren sino hasta las tres de la mañana y da igual con quién pero todos bailan o por lo menos se mueven y cantan a gritos las canciones de Los Redondos y el Indio Solari.

No importa si conoces o no a los amigos, igual te van a saludar de beso y abrazar como si ya fueras parte del grupo. Lanzar la mano por delante para saludar dejó de ser una opción pues te miran como bicho raro y se te abalanzan para abrazarte.

La cerveza se comparte. Es raro ver botellas individuales, mas bien son tamaño caguama y si bien en algunos casos cada quien tiene su vaso, siempre se sirve de la misma botella aunque lo mas común es rotar la botella o un vaso grande para todos. Nadie compra una cerveza para si mismo, todo es para el grupo.

No veíamos la hora en que alguien decía "vamoatomarunmate". Todo un ritual y aunque cada quien le pone su toque especial: amargo, con azúcar, tibio, lavado, daba igual el chiste es compartir y pasar el mate en el orden que el cebador va marcando, no puedes brincar a nadie pues se arma un quilombo y mucho menos decir gracias ni por atención pues eso te cuesta que no te vuelvan a servir. El mate es para conversar, yo tomo y escucho mientras tú hablas, tomarlo es hacer una pausa y aligerar para todos estar al mismo nivel y compartir. Nos pasó que parábamos en la carretera y había alguien tomando mate y nos ofrecía sin siquiera conocernos ni haber hablado una palabra. El mate abre posibilidades, conversaciones y genera nuevos amigos. Ahora nuestra Kotowa carga un termo y siempre nos aseguramos de traer yerba y mientras estas lineas son escritas, hay un mate dando vueltas en la sala.

El fernet o mas bien "ferné"...ahh esa bebida italiana que en Argentina tiene una regla: tiene que ser Branca y tomarse con Coca Cola. Nos contaron que el 80% del fernet a nivel mundial se consume en este país y de ese porcentaje un 80% se consume en Córdoba, siendo prácticamente un patrimonio cultural de los cordobeses según wikipedia. Al igual que la cerveza y el mate, basta un vaso grande con hielo, fernet y coca, sin tanta espuma para tener un pretexto para reunirse y que el vaso pase de mano en mano y boca en boca. Eso sí, no puede haber un asado sin fernet.

La mejor parte: el asado. Siempre es momento para hacer un asado, no hay hora, no hay día no importa si son dos, tres o diez personas. La parrilla viene con el certificado de nacimiento de los argentinos, todos tienen una en casa y si no tienen portátiles, es impensable pensar que no hay una parrilla, los campings tienen parrilla, los hostales tienen parrilla, prácticamente es un deber ser de los lugares.

Basta con comprar lo suficiente de carne, pollo, pescado, chivo, cordero y algunos vegetales en caso de que haya un vegetariano, prender el fueguito, empezar a rotar la cerveza o fernet y listo. Ah y eso sí, se hace con leña y con muuuucha calma pues dicen que el asado es como un niño que hay que dejarlo crecer sin estar encima de él y de cuando en vez echarle un ojo. Si se acompaña con pan, este va en la mesa, que pensar en un canastito con el pan acomodado, nada, va regado en la mesa y cada quien toma el que quiera y pueda comer. Al final se trata de compartir y pasarla bien.

Mueven sus manos y brazos para hablar, gritan, se emocionan. Lo hermoso de los paisajes y limpieza de las ciudades se complementa perfecto con lo aventureros que son y parece que no se les atora nada. Todos en algún momento viajaron y lo mas probable es que haya sido a dedo y aman el camping. Pregunta obligada ¿eres hincha de Boca o de River? y tienen sus rivalidades entre provincias y regiones, pero ¿quién no las tiene? si tienen la mejor pizza del mundo y una riqueza invaluable que es su corazón.


Desde La Quiaca hasta Ushuaia gracias Argentina, gracias Mariano, Tavo y familia Herrera, Rodando MC, Pelado, Horacio, Esteban, Máximo y María, Pablo y Familia Oriana, Riders Argentina, Duende, Erico y Ale, Fran y Meli, José María y Silvana, Gaby, todos nuestros queridos amigos de la EPTI, Roque y Abi a nuestros entrañables compañeros de viaje Noelia y Hernán y a todos con quienes cruzamos nuestro camino con una palabra y una sonrisa. Nos veremos pronto en este hermoso camino llamado vida.



Nota al pie: en Argentina todo se comparte pero eso si respeto pleno a la copiloto y la moto...







jueves, 25 de febrero de 2016

Sentimientos de una copilota... @Aqui&ahora:abriendocaminos

Estos últimos días han sido los más rudos en las rutas, los vientos de 90 km por hora y las ráfagas de hasta 120, el frío intenso, la nieve, la lluvia, el polvo, el ripio, el cansancio acumulado y las despedidas de los amigos viajeros ha sido muy muy intenso .... una vez más me han movido y removido las emociones y sentimientos. Mi corazón adolorido se aprieta una vez más... 
Y hoy me pregunto ¿ es posible que esté triste muy triste y al mismo tiempo muy feliz ? ¿ es posible que mi corazón se sienta infinitamente expandido por todo el amor que ha recibido de todas partes y roto y dolido por las despedidas y la partida de mis seres amados? ¿es posible que tenga muchas ganas de volver y al mismo tiempo me de temor regresar y saber que ya no estarás ahí para contarte y comer contigo los domingos ? 
Nunca sabré si fue la mejor decisión la que tome, siempre estará ahí esa duda... Aun así lo hice, no sólo por mi, también lo hice por ti, lo hice por mis hermanos, lo hice por mis hijos y los hijos de mis hijos... ¿Por qué ? Porque lo poco a mucho que se de tu vida y de mamá, es que dejaron de hacer muchas cosas por los deberías y también hicieron muchas cosas por los deberías, y así se alejaron poco a poco de sus pasiones eso que les gritaba que siguieran en la dirección contraria a lo que les indicaba la sociedad y el sistema. Y sé que tú lo sabías porque me pudiste haber detenido como normalmente lo hacías, me hubieras podido decir, no te vayas. Y tu mirada fue distinta, por primera vez lo note, tu corazón me estaba entregando lo más preciado para mí, mi libertad me aceptaste tal como soy sin alegarme sin cuestionarme, solo me dijiste cuídate mucho... 
Y después estabas siempre presente en mis pensamientos, en mi corazón de una manera extraña, algo totalmente nuevo para mí, el celular ya no sonaba porque ya no podías hablar físicamente, pero tú lo seguías haciendo ahora de tu alma a mi alma, entraste en lo más profundo de mi y te escuchaba en el silencio, mientras recorríamos Perú, Bolivia y Argentina en la ruta a pesar del ruido del viento, aún con el casco puesto y el ruido del motor... Te escuchaba y lloraba porque está voz me decía, sigue, sigue tienes que seguir no te detengas... Se valiente y continúa esta nueva historia y no podía entender, y aún no lo entiendo, como me diste fuerza para seguir avanzando, con el corazón roto, pero con mucha fe y esperanza... por momentos juraba que te encontraría vivo a mi regreso pero tú me decías que eso ya no sería posible y que aún así tenía que seguir avanzando. 
¿Cómo es posible que llore de tristeza y felicidad al mismo tiempo? ¿Será que al final todo es lo mismo?
Se dice fácil.... puedo ir a talleres, leer libros, ir a terapias y hasta las películas de Hollywood dicen la misma frase celebre "escuchaba tu alma, haz lo que te indique tu corazón, esa voz interna... " Pero en la vida real, ¿qué es eso? ¿Cómo sé que eso que siento es lo correcto? no escuchamos a esa voz porque no es nada fácil hacer lo que nos dice y preferimos el camino fácil. Esa voz es el desafío más grande, es el miedo más terrible ... Y mientras no te muevas te seguirá espantando, así que me moví y decidí seguir caminando con miedo y confianza a la vez, hasta que esa sombra se convirtió en luz y esperanza ... Fácil, te lo digo no es y nunca lo será, pero el resultado valdrá la pena y transitarlo te cambiará para siempre la vida misma, me llevo a vivir intensamente en el aquí y ahora !
Cada momento que descubría es el más bonito, cada kilómetro recorrido impactante por la belleza y majestuosidad, los amaneceres, los atardeceres contemplarlos como si fueran el primero y el último, que ese instante se quedara eternamente en mi, cada contacto con las personas se marcarán en mi corazón y entregarles lo mejor de mi. 
Todo vivido intensamente, sin nada que esperar y cuando eso pasa, lo que quiero llega sin complicaciones. Cuando agradezco lo que tengo, más regalos recibo del universo. Cuando bendigo a todo a mi alrededor, soy bendecida y colmada de abundancia.
Cuando honró y reconozco a las personas que me acompañan, más ángeles y maestros aparecen en mi camino para andar juntos. Cuando dejo de juzgar lo que no comprendo, me acepto a mí misma.
Por eso cada día estoy más convencida de dejarme fluir con la vida y tener la certeza que donde estoy es el lugar perfecto, para SER y para AMAR. 
¿Se puede al mismo tiempo SER y SENTIR la luz y la sombra? Darme cuenta que la sombra no es lo malo, lo obscuro, es simplemente lo que no alcanzó a ver por falta de luz. Y el milagro es cuando permito que lleguen las personas perfectas a iluminar ese pedacito de sombra que me daba miedo y descubrir que no hay nada a que temer, porque ahí también hay luz... Soy uno, con la esencia del universo, luz y sombra, y mi corazón se sana en la comunión contigo ... Somos UNO !!! 
Pd. Hablar de mi dolor no es fácil lo hago porque un maestro me dijo que una manera de sanar es compartir, y hoy quiero probarme... Gracias por escucharme
‪#‎aquiyahora‬ ‪#‎viajeenmoto‬