viernes, 17 de junio de 2016

Viajar es increíble en el aquí&ahora

La vida está en esos momentos
que eres tan pequeño y grande a la vez.


Después de tres meses de estar de vuelta en casa en los que han pasado infinidad de cosas complejas en nuestro "proceso de readaptación", finalmente llegó la Kotowa a Houston.

¿Por qué a Houston?

Nuestra flamante aduana mexicana que si bien ha evolucionado de forma "positiva" en los últimos años aún tiene algunos procesos un poco absurdos y había que pagar de nuevo impuestos, IVA y gastos de importación. Así que lo mas fácil fue enviarla al vecino del norte e ir por ella. Además de que conseguimos un contenedor junto con otras motos gringas y una camioneta canadiense.

Después de una ardua semana de trabajo y capacitación en el Distrito Federal, en donde tuve la oportunidad de reunirme y hospedarme con Isabel a quien no veía desde que estuvimos en Mendoza y con Regio y Pau quienes también fueron excelentes anfitriones.

Salí a las 4:30 al aeropuerto a bordo de un Uber que compartí con Flora, una amiga guatemalteca que conocí en la capacitación del fin de semana. Medio atarantado nuestro conductor tuve que guiarlo para que pudiera dar con los accesos al aeropuerto. Finalmente ambos llegamos bien y a tiempo.

En la revisión del equipaje de mano me quitaron mi loción ya que no me percaté que era de 125 ml y solo se permiten 100 ml. Aún no entiendo como es que alguien llegó a la brillante conclusión de que 25 ml hacen toda la diferencia en los esquemas de seguridad aérea internacional. En fin, la di por perdida y al poco tiempo abordé el avión.

Houston me recibió con un calor abrasivo y húmedo. Bajé del taxi que me llevó al almacén donde recogería a Kotowa y no habían pasado ni 30 segundos y ya estaba completamente empapado en sudor. En proporción es mas económico viajar de DF a Houston que viajar unos cuantos kilómetros en taxi dentro de la ciudad de Houston, casi 80 USD que además te obligan a dar una propina absurda.

Llegué por Kotowa y ahh que alegría verla ahí esperándome en el almacén, un poquito empolvada y sucia pero completa y bien. Lo mejor, que prendió a la primera y el motor se escuchaba al 100.

Empecé a alistar el equipaje y vaya que había perdido práctica pues me tardé un buen rato además de que en el ínter estuve conversando con Nico Larrea, un peruano que tiene mas de 30 años viviendo en EUA y quien es dueño del almacén donde fue recibida nuestra moto. Después de algunas anécdotas de viaje e historias del Perú. Emprendí la salida y en la esquina me di cuenta que las llantas estaban bajas de presión. De cualquier forma había que ir por gasolina pues no llegaría muy lejos con lo que tenía.

Llené el tanque y me acerqué a la máquina de aire. Como costaba y no traía cambio saqué el compresor que llevamos e inflé la delantera pero se apagó y no volvió a prender. Así que tuve que recurrir a conseguir cambio.

En ese instante se acercó un chavo que venía en una de esas camionetas gigantes que para subir se necesita casi una escalera (no pude tomarle foto). Me preguntó un poco sobre el viaje y conversamos un rato. Le pedí cambio y me dijo que no tenía pero me preguntó si traía dinero y le respondí que si, nos despedimos y el se alejó a su gigante camioneta.

Al poco rato ya estaba en la camioneta parado detrás de la moto para salir de la estación. Me grita y me pide que me acerque a la ventanilla, tuve que dar la vuelta hacia el lado del conductor pues del otro lado se asomaba un perro. Me acerqué y sacó la mano por la ventanilla diciendo: quiero ayudarte. Me quedé mudo cuando me acercó un billete de 20 dólares y me dice, es para la gasolina de regreso a casa. No tuve ni tiempo de reaccionar y me quedé atónito ante esa situación.

Le agradecí y acepté el billete. Se fue despidiendo con su mano por la ventana y creo que fueron alguno segundos en que yo me quedé parado ahí en la plancha de concreto asimilando lo que había sucedido.

¿Hay gente buena en el mundo? Si, sin duda estos pequeños y sorprendentes momentos son lo que hacen que viajar sea realmente INCREÍBLE...#aquiyahora

jueves, 5 de mayo de 2016

A esta hora estábamos llegando a Guadalajara

"¡Es que va a ser difícil 
que volvamos hacer como antes del viaje, 
esto es un viaje de ida y
aunque no nos movamos 
nuestra cabeza trabaja distinto!"
Hernán Denk

A esta hora estábamos llegando a Guadalajara, muy acalorados después de las 3 horas de viaje en carretera y un poco de tráfico ciudad, paramos a comprar nuestro nuestros intercomunicadores que unos meses después quedarían arruinados en una tormenta en Nuevo México. 
Así fue el comienzo, todos los nervios, las despedidas, la incertidumbre, la emoción. Sabíamos que queríamos llegar lejos pero no sabíamos todo lo que el camino nos tenía preparado. 
Bautizamos la aventura como Aqui&Ahora: Abriendo Caminos pero no sabíamos que sería el mas grande reto aprender a vivir de esa manera. 
Salimos acelerados, como si la meta fuera llegar y no disfrutar el camino. Pero el camino y la ruta son sabios y nos lo mostraron conforme fuimos recorriendo los kilómetros. 
Gastábamos mucho al principio y tuvimos que aprender a usar nuestros recursos de forma inteligente para que nos alcanzara para todo el año. No sabíamos realmente lo que implicaba tener una cuenta con dinero pero proyectar los gastos a muchos meses hacia adelante y mas sin saber a ciencia cierta lo que costaba la gasolina, hospedaje, alimentos, visitas, etc. 
Aprendimos a pedir ayuda; a pedir hospedaje, a dormir en el campo, en el suelo, bajo una mesa de billar, en un mini sillón los dos; a cocinar en una hornilla de gas y comprar en los mercados y supermercados por raciones pequeñas; a pasar frío y sudar como nunca, a manejar mojados, secos, helados, acalorados, cansados; a no bañarnos o a darnos baños de avioncito; a hacer amigos en el camino y que hoy son los mejores; a tomar decisiones para seguir pero también aceptar que a veces el camino no deja seguir y está bien. 
Muchos nos han preguntado ¿cómo les fue? y respondemos ¿cómo te fue a ti el último año? Haciendo un recuento del viaje nos fue realmente bien, tuvimos un accidente que nos mostró que el camino lleva su ritmo y las caídas son parte de la vida para poder levantarse y seguir. Pero estamos vivos y eso es una bendición pues muchos hermanos moteros se nos adelantaron en el camino viviendo su propia aventura. 
No tuvimos ningún problema con aduanas o autoridades, mas allá de los trámites normales de entrar a un país. No dimos ninguna mordida y solo nos pidieron una que al final pudimos resolver sin caer en esa práctica. No nos robaron nada aunque si perdimos varias cosas. 
Dejamos muchas cosas del equipaje y nos hicimos de otras aprendiendo a viajar ligeros y con lo estrictamente necesario. 
Vimos lugares mágicos, dormimos en sitios extraños, comimos lo que jamás habíamos probado, bebimos mucha cerveza y vino, hablamos, lloramos, nos reímos, danzamos, filosofamos, dijimos estupideces, nos peleamos, nos reconciliamos y nos amamos en cada sin irnos a dormir si había algo pendiente. 
Aprendimos a extrañar, no solo a la familia y amigos, sino a cada persona que nos cruzamos en el camino y con quien compartimos. 
Aprendimos el valor que tiene una calca o un parche en la chamarra, una bandera. El valor tan trascendente que tiene el saludo motero. La honorabilidad de los motoclubes, las redes de apoyo en especial Riders Internacional que hoy es un sueño en México pero sobre todo la hermandad que existe como soporte entre aquellos que montamos en dos ruedas. 
Aprendimos a manejar en pareja y en equipo para tener mayor estabilidad de la moto, a rezar en silencio para cruzar los vientos y los ripios interminables, a confiar en nuestra intuición y a darnos ánimos cuando ya las pilas estaban dando las últimas y a cantar a todo pulmón cada quien por su lado
Descubrimos que vale la pena viajar. Antes de salir nuestro amigo Rodrigo de Plan Pingüino nos dijo: "se van a sorprender de la cantidad de gente buena que hay en el mundo". Esa frase dice y significa más que cualquiera que hayamos escuchado alguna vez. 
Sin querer inspiramos a muchos que nos siguieron, pero también fuimos inspirados por cada uno de ustedes. Con muchos nos conocemos, con muchos no pero estamos unidos. 
Hoy tenemos la consigna de regresar al mundo todo lo que nos dio en estos meses, de compartir las aventuras pero mas allá de sembrar esas ganas de seguir adelante cuando tienes un sueño. Fácil no fue y no nos referimos al camino o a estar montados horas en la Kotowa. Sí, fue un reto físico pero fue mas mental y espiritual, muchas veces estuvimos a punto de autosabotearnos, de pegar la vuelta, de parar. Pero también nos dimos todo el ánimo y nos acompañamos en el camino, seguimos hasta donde para nosotros era necesario y llegó nuestro momento de volver. 
¿Lo volveremos a hacer? 
Ningún viaje será igual. Si nos aventuraremos de nuevo pero el camino será distinto, la gente será otra, la experiencia será nueva y la ruta tendrá nuevos retos para nosotros. 
¿Vale la pena? Sí, sin duda aprender a vivir en el ‪#‎aquiyahora‬ fue el mayor reto de todos y seguimos aprendiendo. 
Hoy estamos de vuelta en el hogar, pero nunca nos fuimos si al final el hogar siempre estuvo con nosotros y el calor se lo dieron todos aquellos con quienes compartimos. 
Fue un viaje inolvidable pero no será el único, no puede ser el único. Esta vida es un viaje y vale la pena disfrutar cada momento del camino. Al final de cuentas si de algo podemos estar seguros es que si tiene final pero jamás sabremos cuando...
"¡Es que va a ser difícil que volvamos hacer como antes del viaje, esto es un viaje de ida y aunque no nos movamos nuestra cabeza trabaja distinto!"  Nos lo dijo nuestro hermano Hernán Denk

Nuestra primera foto del viaje...antes de partir.



Nota al pie: ya viene la Kotowa, pronto iremos por ella y será una pequeña aventura más para traerla a casa.

viernes, 22 de abril de 2016

Crónica de un regreso a casa.

Me gusta más llegar que irme
pero más me gusta volver


Quitando la emoción de la llegada y estar ya en casa, hoy nos atrevemos a develar la tétrica historia de nuestro regreso. No todo fue tan sencillo como queríamos que fuera.

La última parte de nuestro viaje fue agotadora. Gracias a que pasamos 5 días maravillosos con nuestros amigos Alejandro y Eliana en Puerto Montt pudimos descansar y olvidarnos un poco de las carreteras y de nuestra querida Kotowa. Eso sí, le dimos su consentida pues finalmente después de miles de kilómetros pudimos comprarle su parabrisas alto y cambiarle la guarda de la cadena que habíamos dañado tiempo atrás. 

Saliendo de Puerto Montt decidimos irnos de corrido hasta Santiago precisamente para ya estando allá poder resolver lo del envío de Kotowa y ver como volveríamos. Lo hicimos en dos días. el primero de unos 600 kilómetros y el segundo de poco mas de 400 así que nuevamente agotados llegamos a casa de nuestra amiga Arianna quien nos recibió super cariñosa. 

El panorama de enviar la moto no era alentador, en el camino se nos cayeron unas 8 alternativas que teníamos ya que la mayoría de las navieras no operan carga personal así que llegando a Santiago teníamos la esperanza de poder hacer algo. 

Llegamos un jueves a medio día así que estuvimos descansando y mandando correos durante toda la tarde. Esa noche fue muy extraña. Sentados los dos en la sala del departamento empezamos a conversar sobre el regreso. Fue linda la charla pero complicada pues hablar de lo que realmente queríamos y poder compaginar en una sola decisión fue un reto. Regresar ok, pero cómo. Mandar la moto a Panamá, a Guatemala o a EUA, pues nuestra flamante aduana funciona de una manera un tanto absurda y llevarla a México implicaría una cantidad de gastos que no estábamos dispuestos a cubrir, dejar la moto y luego volver por ella, seguir por tierra hasta México con el tema de cruzar de Colombia a Panamá en donde igual requeriríamos de algún transporte para la Kotowa y nosotros volar o en velero. 

Nos quedamos hasta las 3 de la mañana sin llegar a algo específico y nos fuimos a dormir. En la mañana todo fue un poco diferente. Después de la llamada con nuestro amigo Luck para darle la noticia que no llegaríamos a su boda, como que algo se detonó. Claro la tristeza de no poder estar en un evento de los amigos y con la familia en tiempos difíciles complica todas las decisiones, ligado a las ganas de seguir viajando y llenándonos de experiencias.

Fuimos a visitar personalmente una naviera y la respuesta fue, si los apoyamos pero la próxima semana les damos las alternativas...Así que ahí estábamos, pensativos y dudosos y volvimos a casa de Arianna. No recuerdo bien en que estuvo eso probablemente se debe al impulso que tiene Aris de hacer las cosas lo que de repente movió todo y cambió los planes: vámonos, si VÁMONOS HOY!!

Viernes, una de la tarde hora de Chile y nosotros con ganas de estar en México al día siguiente. Llegó Arianna le comentamos la idea y nos dijo: VAYANSE tienen que llegar a esa boda!!! podíamos dejar la moto y dejar las cosas y decidir después que hacer. 

Así que ahi nos tienen a los dos buscando vuelos y vimos la luz, un vuelo salía de Santiago a la 1:50 am del sábado llegando a Panamá a las 6:00 am y conectaba a las 9:15 a México para llegar a las 12:40 pm a México y hasta teníamos la suerte que había un vuelo de la Ciudad de México a Morelia como a las 2:00 pm y llegar mas rápido a casa. Las cosas no podían estar saliendo mejor. 

El sitio de Copa no estaba funcionando bien así que hicimos la compra por teléfono, nos confirmaron el vuelo y nos dijeron que estaba todo OK. Así que felices nos pusimos a hacer el equipaje, dejamos todo acomodado en la Kotowa y esperamos a que diera la hora. 

Eso sí, jamás llegó el correo de confirmación pero como por teléfono nos dijeron que todo estaba OK, pues confiamos en que todo estaba OK. 

Nos despedimos de Arianna con quien no pudimos compartir mucho así que tendremos que volver a Chile pronto y nos fuimos al aeropuerto. Muy puntuales hicimos fila, ni equipaje traíamos así que no teníamos que hacer nada mas que registrarnos. Felices y emocionados por volver llegamos al mostrador y oooh sorpresa: 

Chica del mostrador: No están en el vuelo.
Nosotros: como, si tenemos el numero de reserva.
Chica del mostrador: ok, denme oportunidad y esperen por allá y revisamos. 
Nosotros: Uff que susto, OK

Pasaban y pasaban pasajeros, se iban las demás personas que atendían en los mostradores y nosotros ahi parados esperando que nos dieran respuesta, incluso ofrecimos ir a hablar a la oficina de Copa pero nos dijo la chica que no, que ahora lo revisábamos. 

Nos dio la 1 de la mañana y seguimos parados "por allá", nos llamó la chica y para no hacer el cuento largo, nos dijo que no podíamos volar porque no estábamos registrados en el vuelo, que nuestra reserva había sido bloqueada por una de esas áreas de las aerolíneas que existen para arruinar todo. 

Así que bueno, con la mano en la cintura y su sonrisa escueta nos dijo que no podíamos viajar y que además ya habían cerrado el vuelo. Ah bueno listo, ¿qué, nos vamos y ya? Se nos cayó el mundo... y parecía que la chica no tenía mayores ganas de ayudarnos. Nos decía que llamáramos a atención a cliente...si claro, a la 1 am y si nos despegábamos de ahí ella se iba. Así que no. Veamos opciones pues tenemos un problema (dicen que diciendo esto la otra persona reacciona, pero no, no fue le caso). Opciones: 

- Si está bloqueada la reserva, desbloquea: No puedo
- Véndanos otro boleto: Ok...mmm ahh no puedo porque no hay lugar en el vuelo de conexión Panamá-México.
- Les puedo dar primera clase (sabiendo que eso nos iba a costar joyas...¿bueno a ver cuanto cuesta?): mmm...si si hay lugar...ahh pero si es primera clase tiene que ser tooodo el vuelo en primera clase es decir desde Santiago a México y en el vuelo de Santiago a Panamá ya no hay. 
- Deme un boleto de Santiago a Panamá y ya allá yo veo que consigo para volar a México: No no puedo porque las regulaciones de Panamá dicen que si usted va al país, tiene que tener prueba de que va a salir, así que no puedo venderle solo ese. 

A todo esto agregarle las ganas de mentarle la madre a la chica que no hacía ni el mayor esfuerzo por apoyarnos y sabiendo que si lo hacíamos perdíamos toda posibilidad de resolver algo. Y sabiendo que si no llegábamos el sábado como lo teníamos planeado perdíamos el vuelo (ya pagado) de Ciudad de México a Morelia. 

- Véndame un vuelo para salir ahora y el de Panamá a México démelo para el domingo. 

Aris me volteo a ver con cara de eso no nos sirve...pero ya la chica estaba haciendo las reservas y bueno. La idea era estar en Panamá y ya allá ver que hacíamos pero corriendo el riesgo de quedarnos una noche allá. 

Nos subimos al avión con la moral por los suelos. Pusimos la película de "Los 33" y al poco rato ya estábamos los dos hechos un mar de lágrimas, no sabemos si por la película o por la tensión que estábamos viviendo con nuestro travesía. 

Maldormimos algunas horas y aterrizamos en Panamá a tiempo. Bajamos casi corriendo del avión y la ventaja de no llevar equipaje documentado ayudó a que a 15 minutos después estuviéramos en la fila de Copa para revisar opciones. 

Nos atendió una chica super amable, desafortunadamente nos dijo que por la hora no podía apoyarnos y teníamos que esperar una hora. Así que bueno, nos sentamos a esperar...de nuevo. 

Pasó la hora y nada, otra media y nada. La hora de salida del vuelo se acercaba y nosotros en incertidumbre total. Le rezábamos a todos los angelitos que nos ayudaran pero las cosas no era favorables. Nos llamó la chica y nos dijo que todo el vuelo estaba registrado y que era difícil tener lugar, pero que luego hay gente que a la mera hora no aparece y que de ser así podríamos volar. Así que nos mandaron a la puerta del vuelo a esperar a que alguien no apareciera. 

Subía y subía gente y nosotros ahí sentaditos esperando un milagro. Faltaban 10 minutos para que diera la hora de salida. 

En eso nos llama la chica del mostrador y nos dice, hay una posibilidad de que dos personas no se suban porque la policía esta hablando con ellos, sigan sentados. Volteamos y frente a nosotros dos policías vestidos de civil, parados junto a un hombre y una mujer. Se para el hombre y el policía le grita: siéntese que usted por lo menos en este vuelo no se va... una lucecita nos iluminaba un poco el camino. 

Pasa el tiempo, faltaban 5 minutos... y nada.

Nos llama la chica del mostrador y no pide los pasaportes, ufff lo logramos!!! No, nos dice la chica, solo quiero adelantar pero la policía aún no dice nada...tic tac tic tac...

Listo aborden ahh pero les va a tocar en asientos diferentes!!! Creo que los dos soltamos unas lágrimas de alegría y no nos cabía la sonrisa en la cara. 

El resto una gran historia. Llegamos a Morelia y ya nos estaban esperando para ir a comer unos maravillosos tacos del Infierno. Compartimos un poco con la familia, a algunos los tomamos por sorpresa...finalmente después de 10 meses, 7 días y 2 horas con 30 minutos y varios miles de kilómetros recorridos volvimos a casa. 

Ponernos tan elegantes fue toda una odisea...
Nota al pie: llegamos a la boda de Luck y Pau, nadie nos esperaba así que la sorpresa fue muy emotiva, pero esa es otra historia que contar...






sábado, 27 de febrero de 2016

No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella. Gracias Argentina

No te tomes la vida en serio, 
al fin y al cabo no saldrás 
vivo de ella.
Les Luthiers

Argentina sin duda representó un llenarnos de nuevos amigos, de comer y empezar a hablar distinto.

Y como no va a ser así si acá todo se comparte y todo lleva un ritual de por medio.

Desde que cruzamos la frontera y a pesar de echarnos el proceso de aduana mas tedioso que hemos tenido, nos dimos cuenta que Argentina es, con respeto a quien lo idolatra,  mucho mas que la mísera proyección de soberbia que Maradona se encargó de dar de su país al mundo (a nuestro modo de ver).

Descubrimos que basta con poner un plato de empanadas en el centro de la mesa para poder tener una larga conversación y prepararnos para salir a los boliches tan tarde que era increíble pensar que hay lugares que no abren sino hasta las tres de la mañana y da igual con quién pero todos bailan o por lo menos se mueven y cantan a gritos las canciones de Los Redondos y el Indio Solari.

No importa si conoces o no a los amigos, igual te van a saludar de beso y abrazar como si ya fueras parte del grupo. Lanzar la mano por delante para saludar dejó de ser una opción pues te miran como bicho raro y se te abalanzan para abrazarte.

La cerveza se comparte. Es raro ver botellas individuales, mas bien son tamaño caguama y si bien en algunos casos cada quien tiene su vaso, siempre se sirve de la misma botella aunque lo mas común es rotar la botella o un vaso grande para todos. Nadie compra una cerveza para si mismo, todo es para el grupo.

No veíamos la hora en que alguien decía "vamoatomarunmate". Todo un ritual y aunque cada quien le pone su toque especial: amargo, con azúcar, tibio, lavado, daba igual el chiste es compartir y pasar el mate en el orden que el cebador va marcando, no puedes brincar a nadie pues se arma un quilombo y mucho menos decir gracias ni por atención pues eso te cuesta que no te vuelvan a servir. El mate es para conversar, yo tomo y escucho mientras tú hablas, tomarlo es hacer una pausa y aligerar para todos estar al mismo nivel y compartir. Nos pasó que parábamos en la carretera y había alguien tomando mate y nos ofrecía sin siquiera conocernos ni haber hablado una palabra. El mate abre posibilidades, conversaciones y genera nuevos amigos. Ahora nuestra Kotowa carga un termo y siempre nos aseguramos de traer yerba y mientras estas lineas son escritas, hay un mate dando vueltas en la sala.

El fernet o mas bien "ferné"...ahh esa bebida italiana que en Argentina tiene una regla: tiene que ser Branca y tomarse con Coca Cola. Nos contaron que el 80% del fernet a nivel mundial se consume en este país y de ese porcentaje un 80% se consume en Córdoba, siendo prácticamente un patrimonio cultural de los cordobeses según wikipedia. Al igual que la cerveza y el mate, basta un vaso grande con hielo, fernet y coca, sin tanta espuma para tener un pretexto para reunirse y que el vaso pase de mano en mano y boca en boca. Eso sí, no puede haber un asado sin fernet.

La mejor parte: el asado. Siempre es momento para hacer un asado, no hay hora, no hay día no importa si son dos, tres o diez personas. La parrilla viene con el certificado de nacimiento de los argentinos, todos tienen una en casa y si no tienen portátiles, es impensable pensar que no hay una parrilla, los campings tienen parrilla, los hostales tienen parrilla, prácticamente es un deber ser de los lugares.

Basta con comprar lo suficiente de carne, pollo, pescado, chivo, cordero y algunos vegetales en caso de que haya un vegetariano, prender el fueguito, empezar a rotar la cerveza o fernet y listo. Ah y eso sí, se hace con leña y con muuuucha calma pues dicen que el asado es como un niño que hay que dejarlo crecer sin estar encima de él y de cuando en vez echarle un ojo. Si se acompaña con pan, este va en la mesa, que pensar en un canastito con el pan acomodado, nada, va regado en la mesa y cada quien toma el que quiera y pueda comer. Al final se trata de compartir y pasarla bien.

Mueven sus manos y brazos para hablar, gritan, se emocionan. Lo hermoso de los paisajes y limpieza de las ciudades se complementa perfecto con lo aventureros que son y parece que no se les atora nada. Todos en algún momento viajaron y lo mas probable es que haya sido a dedo y aman el camping. Pregunta obligada ¿eres hincha de Boca o de River? y tienen sus rivalidades entre provincias y regiones, pero ¿quién no las tiene? si tienen la mejor pizza del mundo y una riqueza invaluable que es su corazón.


Desde La Quiaca hasta Ushuaia gracias Argentina, gracias Mariano, Tavo y familia Herrera, Rodando MC, Pelado, Horacio, Esteban, Máximo y María, Pablo y Familia Oriana, Riders Argentina, Duende, Erico y Ale, Fran y Meli, José María y Silvana, Gaby, todos nuestros queridos amigos de la EPTI, Roque y Abi a nuestros entrañables compañeros de viaje Noelia y Hernán y a todos con quienes cruzamos nuestro camino con una palabra y una sonrisa. Nos veremos pronto en este hermoso camino llamado vida.



Nota al pie: en Argentina todo se comparte pero eso si respeto pleno a la copiloto y la moto...







jueves, 25 de febrero de 2016

Sentimientos de una copilota... @Aqui&ahora:abriendocaminos

Estos últimos días han sido los más rudos en las rutas, los vientos de 90 km por hora y las ráfagas de hasta 120, el frío intenso, la nieve, la lluvia, el polvo, el ripio, el cansancio acumulado y las despedidas de los amigos viajeros ha sido muy muy intenso .... una vez más me han movido y removido las emociones y sentimientos. Mi corazón adolorido se aprieta una vez más... 
Y hoy me pregunto ¿ es posible que esté triste muy triste y al mismo tiempo muy feliz ? ¿ es posible que mi corazón se sienta infinitamente expandido por todo el amor que ha recibido de todas partes y roto y dolido por las despedidas y la partida de mis seres amados? ¿es posible que tenga muchas ganas de volver y al mismo tiempo me de temor regresar y saber que ya no estarás ahí para contarte y comer contigo los domingos ? 
Nunca sabré si fue la mejor decisión la que tome, siempre estará ahí esa duda... Aun así lo hice, no sólo por mi, también lo hice por ti, lo hice por mis hermanos, lo hice por mis hijos y los hijos de mis hijos... ¿Por qué ? Porque lo poco a mucho que se de tu vida y de mamá, es que dejaron de hacer muchas cosas por los deberías y también hicieron muchas cosas por los deberías, y así se alejaron poco a poco de sus pasiones eso que les gritaba que siguieran en la dirección contraria a lo que les indicaba la sociedad y el sistema. Y sé que tú lo sabías porque me pudiste haber detenido como normalmente lo hacías, me hubieras podido decir, no te vayas. Y tu mirada fue distinta, por primera vez lo note, tu corazón me estaba entregando lo más preciado para mí, mi libertad me aceptaste tal como soy sin alegarme sin cuestionarme, solo me dijiste cuídate mucho... 
Y después estabas siempre presente en mis pensamientos, en mi corazón de una manera extraña, algo totalmente nuevo para mí, el celular ya no sonaba porque ya no podías hablar físicamente, pero tú lo seguías haciendo ahora de tu alma a mi alma, entraste en lo más profundo de mi y te escuchaba en el silencio, mientras recorríamos Perú, Bolivia y Argentina en la ruta a pesar del ruido del viento, aún con el casco puesto y el ruido del motor... Te escuchaba y lloraba porque está voz me decía, sigue, sigue tienes que seguir no te detengas... Se valiente y continúa esta nueva historia y no podía entender, y aún no lo entiendo, como me diste fuerza para seguir avanzando, con el corazón roto, pero con mucha fe y esperanza... por momentos juraba que te encontraría vivo a mi regreso pero tú me decías que eso ya no sería posible y que aún así tenía que seguir avanzando. 
¿Cómo es posible que llore de tristeza y felicidad al mismo tiempo? ¿Será que al final todo es lo mismo?
Se dice fácil.... puedo ir a talleres, leer libros, ir a terapias y hasta las películas de Hollywood dicen la misma frase celebre "escuchaba tu alma, haz lo que te indique tu corazón, esa voz interna... " Pero en la vida real, ¿qué es eso? ¿Cómo sé que eso que siento es lo correcto? no escuchamos a esa voz porque no es nada fácil hacer lo que nos dice y preferimos el camino fácil. Esa voz es el desafío más grande, es el miedo más terrible ... Y mientras no te muevas te seguirá espantando, así que me moví y decidí seguir caminando con miedo y confianza a la vez, hasta que esa sombra se convirtió en luz y esperanza ... Fácil, te lo digo no es y nunca lo será, pero el resultado valdrá la pena y transitarlo te cambiará para siempre la vida misma, me llevo a vivir intensamente en el aquí y ahora !
Cada momento que descubría es el más bonito, cada kilómetro recorrido impactante por la belleza y majestuosidad, los amaneceres, los atardeceres contemplarlos como si fueran el primero y el último, que ese instante se quedara eternamente en mi, cada contacto con las personas se marcarán en mi corazón y entregarles lo mejor de mi. 
Todo vivido intensamente, sin nada que esperar y cuando eso pasa, lo que quiero llega sin complicaciones. Cuando agradezco lo que tengo, más regalos recibo del universo. Cuando bendigo a todo a mi alrededor, soy bendecida y colmada de abundancia.
Cuando honró y reconozco a las personas que me acompañan, más ángeles y maestros aparecen en mi camino para andar juntos. Cuando dejo de juzgar lo que no comprendo, me acepto a mí misma.
Por eso cada día estoy más convencida de dejarme fluir con la vida y tener la certeza que donde estoy es el lugar perfecto, para SER y para AMAR. 
¿Se puede al mismo tiempo SER y SENTIR la luz y la sombra? Darme cuenta que la sombra no es lo malo, lo obscuro, es simplemente lo que no alcanzó a ver por falta de luz. Y el milagro es cuando permito que lleguen las personas perfectas a iluminar ese pedacito de sombra que me daba miedo y descubrir que no hay nada a que temer, porque ahí también hay luz... Soy uno, con la esencia del universo, luz y sombra, y mi corazón se sana en la comunión contigo ... Somos UNO !!! 
Pd. Hablar de mi dolor no es fácil lo hago porque un maestro me dijo que una manera de sanar es compartir, y hoy quiero probarme... Gracias por escucharme
‪#‎aquiyahora‬ ‪#‎viajeenmoto‬

sábado, 13 de febrero de 2016

De Mendoza al fin de América: la mítica RUTA 40

Llegó el momento de seguir, después de unos merecidos días de descanso y de recuperación de la tremenda gripa, nos montamos nuevamente en Kotowa y salimos rumbo al sur.

Nuevamente con el corazón apachurrado por dejar a nuestros amigos Erico y Ale emprendimos el camino. Dejar Mendoza fue realmente complicado, conocimos tanta gente increíble y la pasamos tan bien que los primeros kilómetros fueron un tanto nostálgicos.

Nos esperaba un largo camino para llegar a Catriel en donde nos esperaba Francisco. Un gran amigo que conocí hace algunos años en Colombia. Mucha gente nos preguntaba qué que era lo que haríamos en Catriel si ahí no había nada que ver y nos desviaba un poco de la ruta, pero allá nos esperaba ya Francisco, un buen amigo que conocí hace algunos años en Colombia y ahora nos volveríamos a ver.

La carretera fue buena, muy recta y de desierto así que no tuvo mucha ciencia y mas bien estuvo aburrida. Llegamos a Catriel por la tarde. El paisaje nos recibió pozos de petroleo por todos lados.

Francisco "había olvidado" que al día siguiente era su cumpleaños, así que no hubo mas que celebrar con un delicioso chivito, cerveza, vino y un pastel maravilloso que prepró Meli su novia y la compañía de la familia y amigos no pudo ser mejor.

Nos quedamos dos noches allá, lo cual nos permitió dar el tour del petróleo con Fran, no conocíamos practicamente nada de esta importante actividad así que fue interesante saber todo aquello que escuchamos sobre el bendito oro negro. Resulta que aquí en Argentina esta un yacimiento gigante que se llama Vaca Muerta y es uno de los lugares mas importantes del mundo para obtener petróleo y gas aunque muy complicado para hacerlo por la profundidad que tiene.

Las visitas de este tipo nos pesan pues son cortitas y nos hubiera encantado quedarnos mas tiempo, sin embargo decidimos seguir para hacer la Ruta de los 7 Lagos, uno de los hitos de este viaje.

El lugar es un paraíso que las fotos no le hacen honor, en el camino conocímos a Gaby. Una mujer excepcional, no solo porque viajaba sola desde Río Gallegos (Sur de Argentina) sino porque mientras ella iba en la moto su esposo viajaba por otra ruta en el auto con sus niños para encontrarse en San Martín de los Andes. Compartimos la carretera, agua y un buen sandwich que Gaby nos dió pues esa vez no previmos y no traiamos nada de comer mas que una granolita.

En San Martín tuvimos que pasar un buen rato haciendo un cambio a la llanta trasera de Kotowa pues descubrimos una rajadura así que le pusimos cámara para que aguante unos kilómetros mas y pudieramos comparar la nueva llanta hasta Punta Arenas...(Nota publicitaria: buscamos patrocinadores para comparla).

San Martín es un pueblito hermoso, enclavado en las montañas y rodeado de bosques. Paseamos un poco antes de meternos ahora si en la ruta hacia Lago Traful donde haríamos camping junto al lago. El lugar no tiene comparación, es como una pintura de Bob Ross con árboles felices por todos lados.

Esa noche disfrutamos de una cena deliciosa, trucha a la parrilla con un buen vino. Lo mejor llegó en la noche que nos tiramos en la playa a ver las estrellas, el cielo estaba brillante de tantas estrellas, cualquier palabra que usemos se queda corta. Las estrellas fugaces nos acompañaban en todo momento pero hubo una que dejó una estela larga larga larga que no impidió que sin duda soltaramos algunas lágrimas.

En este punto yo tenía dudas de seguir el camino hacia Ushuaia, pensamos que podíamos pegar la vuelta hacia Chile y hacer el camino de vuelta sin seguir mas al sur y no fue una vez sino varias. Todo eso era miedo e incertidumbre de lo que nos esperaba pues cuando preguntabamos sobre la ruta 40 y la Patagonia, nos hablaban muy al aire. Nos decían "aguas con el viento", "uuuy el ripio (terracería) es terrible", "el frio es muy malo", todo eso me metió dudas y si estuve muy tentado a pegar la vuelta. El problema es la falta de claridad que teníamos de información. Es decir cuando nos decían que "aguas con el viento", yo sentía como si nos dijeran: vívelo y verás, como diciendo yo ya lo pasé a ver que tal te va a ti.

En fin, llegamos a Villa La Angostura a pasar la tarde caminamos un poco y nos fuimos al camping. Había un par de moteros una pareja de argentinos y un señor de Sudáfrica.

No faltó mucho tiempo para empezar a conversar con José María y Silvana quienes resultaron ser toda una leyenda de la Ruta 40. Resulta que hace algunos años hicieron toda la 40 en una KLR 650 arrastrando un remolque de tres metros de largo y bueno sus historias son lo mejor. Pasamos una noche riendo tanto que nos dolía la panza. Eso sí, José María es el peor argentino que hemos conocido hasta ahora pues teniendo un asador increíble con unas brazas envidiables lo mas que logró poner en la parrilla fueron unas hamburguesas...bueno a nosotros eso nos pareció normal pero según entendimos el asar hamburguesas era casi una ofensa para el asado en la tierra del asado, en fin, comimos delicioso y compartimos mucho.

Lo mejor que nos pudo pasar a esta altura del viaje fue conocerlos. Nos dieron mucho ánimo para hacer la ruta 40. Nos dijeron que la Patagonia nos iba a querer vencer, que nos iba a poner a prueba, que el viento era duro y probablemente tendríamos que parar en medio de la nada ya que no nos dejaría seguir, que era muy probable que nos cayéramos pero que valía la pena hacerlo, que era un reto que teníamos y merecíamos vivir como viajeros y como pareja. Así que sabiendo esto el miedo se convirtió en adrenalina para enfrentar el reto, así que a darle.

Efectivamente la ruta 40 fue compleja, el viento y el frío es duro, varias veces nos sacó del carril para movernos al otro lado de la carretera, parar era una proeza pues el viento empujaba duro la moto y arrancar de nuevo era peor. Le sufrimos bastante pero avanzamos bien, con calma y sin prisa por llegar. Nos dijeron que en la 40 no se puede planear, no hay rutas que puedas determinar y que se puedan planear es seguir hasta donde el viento y el frío lo permitan. Afortunadamente nos fue bien y llegamos a Gobernador Gregores, tuvimos 20 km de tercería decente pero llegamos a dormir ahora si a un hotel después de muchas noches de camping, nos lo merecíamos bien.

Aquí empezó otro reto, conseguir gasolina. Si bien teníamos el tanque lleno, nos habíamos gastado ya los bidones de reserva y llegar a El Calafate nos era ya imposible así que a esperar, poco a poco se fue juntando gente y la fila se hizo larga. El ambiente era bueno y aunque había algunos desesperados no generó mayor problema y esperamos pacientemente. A uno por ahí se le ocurrió vender gasolina a 40 pesos el litro, considerando que acá en esta región esta a 11 nos pareció imposible comprarlo además de que teníamos solo 200 pesos de efectivo pues no habíamos podido retirar en varios cajeros que habíamos pasado.

Lo malo de esto es que la situación se extendía en todo el estado de Santa Cruz y era incierto el tener gasolina en los pueblos siguientes, así que tomamos la decisión de dejar fuera de la ruta la visita a El Chaltén, lugar que nos recomendaron mucho y que era un imperdible.

Ya casi por entrar la noche nos cayó un angelito de esos buenos del camino. En la charla con unos amigos chilenos se acercó una chica con su papá y nos dijo que ellos podían darnos gasolina para que pudiéramos seguir, que de cualquier forma ellos tendrían que esperar y compartirnos unos litros no les haría diferencia. Resulta que Roque (el papá) había sido motero y manejaba una Harley del año 46 que su papá había comprado de 0 km. Así que de motero a motero nos apoyó y pudimos irnos al camping de nuevo para seguir al día siguiente.

Ahí en la gas conocimos a Marcondes y Katia de Brasil, con quienes nos pusimos de acuerdo para hacer la ruta hacia el sur juntos. Eso fue muy bueno pues estar acompañados siempre es mejor y mas en una ruta compleja así que a seguirle que aún falta un camino por recorrer.