Me gusta más llegar que irme
pero más me gusta volver
Quitando la emoción de la llegada y estar ya en casa, hoy nos atrevemos a develar la tétrica historia de nuestro regreso. No todo fue tan sencillo como queríamos que fuera.
La última parte de nuestro viaje fue agotadora. Gracias a que pasamos 5 días maravillosos con nuestros amigos Alejandro y Eliana en Puerto Montt pudimos descansar y olvidarnos un poco de las carreteras y de nuestra querida Kotowa. Eso sí, le dimos su consentida pues finalmente después de miles de kilómetros pudimos comprarle su parabrisas alto y cambiarle la guarda de la cadena que habíamos dañado tiempo atrás.
Saliendo de Puerto Montt decidimos irnos de corrido hasta Santiago precisamente para ya estando allá poder resolver lo del envío de Kotowa y ver como volveríamos. Lo hicimos en dos días. el primero de unos 600 kilómetros y el segundo de poco mas de 400 así que nuevamente agotados llegamos a casa de nuestra amiga Arianna quien nos recibió super cariñosa.
El panorama de enviar la moto no era alentador, en el camino se nos cayeron unas 8 alternativas que teníamos ya que la mayoría de las navieras no operan carga personal así que llegando a Santiago teníamos la esperanza de poder hacer algo.
Llegamos un jueves a medio día así que estuvimos descansando y mandando correos durante toda la tarde. Esa noche fue muy extraña. Sentados los dos en la sala del departamento empezamos a conversar sobre el regreso. Fue linda la charla pero complicada pues hablar de lo que realmente queríamos y poder compaginar en una sola decisión fue un reto. Regresar ok, pero cómo. Mandar la moto a Panamá, a Guatemala o a EUA, pues nuestra flamante aduana funciona de una manera un tanto absurda y llevarla a México implicaría una cantidad de gastos que no estábamos dispuestos a cubrir, dejar la moto y luego volver por ella, seguir por tierra hasta México con el tema de cruzar de Colombia a Panamá en donde igual requeriríamos de algún transporte para la Kotowa y nosotros volar o en velero.
Nos quedamos hasta las 3 de la mañana sin llegar a algo específico y nos fuimos a dormir. En la mañana todo fue un poco diferente. Después de la llamada con nuestro amigo Luck para darle la noticia que no llegaríamos a su boda, como que algo se detonó. Claro la tristeza de no poder estar en un evento de los amigos y con la familia en tiempos difíciles complica todas las decisiones, ligado a las ganas de seguir viajando y llenándonos de experiencias.
Fuimos a visitar personalmente una naviera y la respuesta fue, si los apoyamos pero la próxima semana les damos las alternativas...Así que ahí estábamos, pensativos y dudosos y volvimos a casa de Arianna. No recuerdo bien en que estuvo eso probablemente se debe al impulso que tiene Aris de hacer las cosas lo que de repente movió todo y cambió los planes: vámonos, si VÁMONOS HOY!!
Viernes, una de la tarde hora de Chile y nosotros con ganas de estar en México al día siguiente. Llegó Arianna le comentamos la idea y nos dijo: VAYANSE tienen que llegar a esa boda!!! podíamos dejar la moto y dejar las cosas y decidir después que hacer.
Así que ahi nos tienen a los dos buscando vuelos y vimos la luz, un vuelo salía de Santiago a la 1:50 am del sábado llegando a Panamá a las 6:00 am y conectaba a las 9:15 a México para llegar a las 12:40 pm a México y hasta teníamos la suerte que había un vuelo de la Ciudad de México a Morelia como a las 2:00 pm y llegar mas rápido a casa. Las cosas no podían estar saliendo mejor.
El sitio de Copa no estaba funcionando bien así que hicimos la compra por teléfono, nos confirmaron el vuelo y nos dijeron que estaba todo OK. Así que felices nos pusimos a hacer el equipaje, dejamos todo acomodado en la Kotowa y esperamos a que diera la hora.
Eso sí, jamás llegó el correo de confirmación pero como por teléfono nos dijeron que todo estaba OK, pues confiamos en que todo estaba OK.
Nos despedimos de Arianna con quien no pudimos compartir mucho así que tendremos que volver a Chile pronto y nos fuimos al aeropuerto. Muy puntuales hicimos fila, ni equipaje traíamos así que no teníamos que hacer nada mas que registrarnos. Felices y emocionados por volver llegamos al mostrador y oooh sorpresa:
Chica del mostrador: No están en el vuelo.
Nosotros: como, si tenemos el numero de reserva.
Chica del mostrador: ok, denme oportunidad y esperen por allá y revisamos.
Nosotros: Uff que susto, OK
Pasaban y pasaban pasajeros, se iban las demás personas que atendían en los mostradores y nosotros ahi parados esperando que nos dieran respuesta, incluso ofrecimos ir a hablar a la oficina de Copa pero nos dijo la chica que no, que ahora lo revisábamos.
Nos dio la 1 de la mañana y seguimos parados "por allá", nos llamó la chica y para no hacer el cuento largo, nos dijo que no podíamos volar porque no estábamos registrados en el vuelo, que nuestra reserva había sido bloqueada por una de esas áreas de las aerolíneas que existen para arruinar todo.
Así que bueno, con la mano en la cintura y su sonrisa escueta nos dijo que no podíamos viajar y que además ya habían cerrado el vuelo. Ah bueno listo, ¿qué, nos vamos y ya? Se nos cayó el mundo... y parecía que la chica no tenía mayores ganas de ayudarnos. Nos decía que llamáramos a atención a cliente...si claro, a la 1 am y si nos despegábamos de ahí ella se iba. Así que no. Veamos opciones pues tenemos un problema (dicen que diciendo esto la otra persona reacciona, pero no, no fue le caso). Opciones:
- Si está bloqueada la reserva, desbloquea: No puedo
- Véndanos otro boleto: Ok...mmm ahh no puedo porque no hay lugar en el vuelo de conexión Panamá-México.
- Les puedo dar primera clase (sabiendo que eso nos iba a costar joyas...¿bueno a ver cuanto cuesta?): mmm...si si hay lugar...ahh pero si es primera clase tiene que ser tooodo el vuelo en primera clase es decir desde Santiago a México y en el vuelo de Santiago a Panamá ya no hay.
- Deme un boleto de Santiago a Panamá y ya allá yo veo que consigo para volar a México: No no puedo porque las regulaciones de Panamá dicen que si usted va al país, tiene que tener prueba de que va a salir, así que no puedo venderle solo ese.
A todo esto agregarle las ganas de mentarle la madre a la chica que no hacía ni el mayor esfuerzo por apoyarnos y sabiendo que si lo hacíamos perdíamos toda posibilidad de resolver algo. Y sabiendo que si no llegábamos el sábado como lo teníamos planeado perdíamos el vuelo (ya pagado) de Ciudad de México a Morelia.
- Véndame un vuelo para salir ahora y el de Panamá a México démelo para el domingo.
Aris me volteo a ver con cara de eso no nos sirve...pero ya la chica estaba haciendo las reservas y bueno. La idea era estar en Panamá y ya allá ver que hacíamos pero corriendo el riesgo de quedarnos una noche allá.
Nos subimos al avión con la moral por los suelos. Pusimos la película de "Los 33" y al poco rato ya estábamos los dos hechos un mar de lágrimas, no sabemos si por la película o por la tensión que estábamos viviendo con nuestro travesía.
Maldormimos algunas horas y aterrizamos en Panamá a tiempo. Bajamos casi corriendo del avión y la ventaja de no llevar equipaje documentado ayudó a que a 15 minutos después estuviéramos en la fila de Copa para revisar opciones.
Nos atendió una chica super amable, desafortunadamente nos dijo que por la hora no podía apoyarnos y teníamos que esperar una hora. Así que bueno, nos sentamos a esperar...de nuevo.
Pasó la hora y nada, otra media y nada. La hora de salida del vuelo se acercaba y nosotros en incertidumbre total. Le rezábamos a todos los angelitos que nos ayudaran pero las cosas no era favorables. Nos llamó la chica y nos dijo que todo el vuelo estaba registrado y que era difícil tener lugar, pero que luego hay gente que a la mera hora no aparece y que de ser así podríamos volar. Así que nos mandaron a la puerta del vuelo a esperar a que alguien no apareciera.
Subía y subía gente y nosotros ahí sentaditos esperando un milagro. Faltaban 10 minutos para que diera la hora de salida.
En eso nos llama la chica del mostrador y nos dice, hay una posibilidad de que dos personas no se suban porque la policía esta hablando con ellos, sigan sentados. Volteamos y frente a nosotros dos policías vestidos de civil, parados junto a un hombre y una mujer. Se para el hombre y el policía le grita: siéntese que usted por lo menos en este vuelo no se va... una lucecita nos iluminaba un poco el camino.
Pasa el tiempo, faltaban 5 minutos... y nada.
Nos llama la chica del mostrador y no pide los pasaportes, ufff lo logramos!!! No, nos dice la chica, solo quiero adelantar pero la policía aún no dice nada...tic tac tic tac...
Listo aborden ahh pero les va a tocar en asientos diferentes!!! Creo que los dos soltamos unas lágrimas de alegría y no nos cabía la sonrisa en la cara.
El resto una gran historia. Llegamos a Morelia y ya nos estaban esperando para ir a comer unos maravillosos tacos del Infierno. Compartimos un poco con la familia, a algunos los tomamos por sorpresa...finalmente después de 10 meses, 7 días y 2 horas con 30 minutos y varios miles de kilómetros recorridos volvimos a casa.
Ponernos tan elegantes fue toda una odisea... |
Nota al pie: llegamos a la boda de Luck y Pau, nadie nos esperaba así que la sorpresa fue muy emotiva, pero esa es otra historia que contar...