viernes, 19 de junio de 2015

Felices 33 años


Me falta un día para cumplir 34. Si bien en este año han pasado muchas cosas, lo cual es obvio si no, no tendría chiste vivir, esta primera mitad de 2015 ha sido intensa y llena de retos los cuales en resumen son:

Primero, el inicio de mi matrimonio con Aris. El día que nos casamos le dije que con ella aprendería a ser esposo y en ese gran camino me encuentro. El aprender a comunicarme, a pedir y a compartir desde una óptica distinta que como novios. Aunque ya llevábamos varios meses viviendo juntos, algunos amigos nos preguntaban si cambiaba “algo” después de casarse, si, en definitiva si cambia. ¿qué? La verdad aun no puedo describirlo, pero si sí cambia.

Segundo, el soltar y desapegarme de mi zona de confort. El soltar todo, y con todo me refiero a trabajo, casa, familia, comodidades, amigos, carro, cama, ropa, comida e infinidad de etcéteras ha significado un salto cuántico. Decirlo es fácil pero en el hacer es en donde me topado con inmensa cantidad de fantasmas que traigo en la cabeza.

Tercero, vivir el aquí y el ahora. Este viaje lo soñé hace muchos años y con Aris lo rediseñamos para vivirlo juntos y precisamente en este tercer punto y en el último mes, es que he conjuntado los dos anteriores.

Cuando me pregunto qué fue lo que pasó, la verdad no lo sé. Lo último que recuerdo es entrar al vado, controlar la moto y ver las piedras que estaban junto a la carretera y a las que íbamos a caer y de ahí ------ caos.

Andar en moto tienen riesgos y caerse siempre es una posibilidad. De hecho subirse y pensar que no me va a pasar es una estupidez; pero de eso a que pase y vivirlo hay una brecha enorme.

Me sentí fracasado. Cómo era posible que en el arranque del viaje hubiéramos tenido un accidente, me culpé, que si la lama en el camino, que si el río, que no iba rápido y un sin fin de explicaciones poco tranquilizadoras.

Cuando algo no sale como lo he planeado, solía decir “no pasa nada” y claro que pasa y mucho. Me caí, me dolió, me rompí un dedo, se dañó mi moto, se lastimó mi esposa. ¿Cómo que no pasó paso nada? Lloré, me enojé, mente madres y pensé en mandar todo a la chingada.

En ese momento no quise compartir nada con nadie por miedo al qué dirían, creo que en mi mente existía la posibilidad de ser regañado por alguien por lo que había pasado. En el fondo creo que tenía ganas de escuchar el que alguien me dijera que regresáramos a Morelia y tener con que justificarlo.

El ir a Los Ángeles a dar el taller de coaching me ayudó a mantener mi mente ocupada y enfocarme en otras cosas. Con Aris hablamos mucho en el inter y lo hemos hecho hasta el día de hoy. Algo que dejamos en claro es que no claudicaríamos el viaje.

Me costó entender que esta caída es parte del viaje y estar sin hacer nada es parte del viaje y quedarme quieto es parte del viaje. Aggghhhh darme cuenta de ello me dolió, mas que cualquier dedo roto. Resultado de mi propia exigencia de impecabilidad y perfección que me he cargado sin recelo a lo largo de los años.

Hace unos 4 años cuando empecé a diseñar el viaje, conocí a Melanie. Ella hizo un viaje por el mundo durante un año y me contó que su primer destino fue India y que cuando llegó, las primeras tres semanas solo durmió y comió y no mas. La verdad es que subestimé esa “actividad” pues durante las pasadas tres semanas no he hecho mas que dormir sin sentir culpa, comer entendiendo lo que mi cuerpo necesita, caminar sin prisas y conversar por el conversar mismo. Descubro que el NO HACER también es un HACER.

¿Qué sigue? No tengo la menor idea, prefiero no planear, se que en unos días Kotowa estará lista para rodar de nuevo, mi dedo cada vez esta mejor y faltan pocos días para que pueda volver a manejar, pero aún no llega ese día. Mientras tanto a seguir descubriendo en el lugar que estoy, a seguir disfrutando del café que me tomo mientras escribo esto, a seguir compartiendo con la gente linda que nos a recibido en su hogar, a seguir viviendo en el Aquí&Ahora.


Para mañana seguramente la vida tiene planes y descubrirlos es parte de mi camino, no hay prisa. Felices 33 años vividos…el 34 apenas va a comenzar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario