miércoles, 8 de julio de 2015

If you are going to San Francisco


If you`re going to San Francisco,
Be sure to wear some flowers in your hair.
If you`re going to San Francisco,
You`re gonna meet some gentle people there.

Y así arrancamos rumbo a San Francisco. Después de varias semanas en Tijuana entre la recuperación, arreglos con el seguro, paseos, cumpleaños, nuevos amigos, vino y mucho vino. 
Listos para seguir el camino

Obviamente no salimos temprano pues la noche anterior por fin fuimos al Círculo del Tinto (www.facebook.com/elcirculodeltinto) en donde para nosotros era como una especie de graduación en eso del buen beber vino. Lo mejor fue que no éramos unos desconocidos ya, realmente estábamos entre amigos, nos encontramos a Roger y Anita, Aslan y Jessy y por supuesto los magníficos anfitriones Walter y Jimena. La verdad mas que el vino lo mejor fue la charla y sobre todo que ya tenemos programada nuestra despedida de Tijuana que será muy al estilo sonorense. A ver qué tal. 

Decidimos rentar un auto para poder continuar el camino en lo que mi dedo termina de curarse para poder manejar de nuevo la moto. Elegimos un flamante Matiz azul. Jimena nos dejó en la agencia de renta y de ahí nos enfilamos en la línea de la frontera. 

Listos para cruzar la frontera
Yo iba cagado de nervios, ese tema de la policía me genera bastante tensión. Seguimos todos los tips: fuera lentes, vidrios abajo y música apagada.  Al final cruzamos de volada y sin contratiempos. 

Nos recomendaron que nos fuéramos por la carretera 1, que es la que va en la costa del pacífico. Y ahí vamos dándole y dándole hasta la mentada carretera. En nuestra mente pensamos que iba a ser como una carretera libre mexicana, sin embargo nos encontramos que la tal carretera 1 es literal una avenida con miles de semáforos en donde muy respetuosos de la velocidad y los altos, parecía que íbamos como en cualquier calle moreliana cuando los maestros toman casa de gobierno. 

Así casual nos rebasan
La primera parte es impresionante, así casual nos rebasa un Lamborghini, unas casas increíbles, tiendas por todos lados. Nos paramos en una de las playas a caminar y estirar la pierna. Bueno todo lo que nos contaron en Baywatch, salvo las torrecitas es una falacia, mendiga playa con un viento tremendo, el agua helada y nada para deleitar la pupila viajera. 

Conforme avanzamos el panorama cambia. De estar en una de las zonas mas nais de Los Angeles, literal nos trasladamos a México. La zona del puerto está llena de taquerías, todo en españoul y hasta bolillos con frijoles y queso y tamales encontramos. Es una carretera muy muy transitada y nos sorprendieron la cantidad de vehículos que circulan. 

El típico motel de película
Teníamos la misión de llegar a San Francisco, pero nos dimos cuenta que la carretera 1 no era la opción mas rápida pero ahí estábamos ya y lo íbamos disfrutando. Nos cayó la noche y sin cenar. Manejamos como hasta las 11 pm y por fin logramos uno de nuestros grandes sueños hollywoodenses: nos hospedamos en el típico motel de película gringa en donde la primera pregunta que me pasó por la cabeza fue como diablos le hacen estos personajes sin dinero para quedarse ahí si en realidad están bien pinchis caros. 

En fin, nos dieron una habitación y yo no se si fue mi imaginación de sueño o fue real pero creo que al tipo de al lado lo corrieron a media madrugada, gritos y mentadas de madre. Yo si dije ya se armó ya al rato hasta explota el lugar y llegan todos los matones y el SWAT. Pero no, el pueblito en el que nos quedamos era bastante pacífico y el tipo de al lado seguramente solo traía una buena peda. 

A la mañana siguiente seguimos el camino y fuimos a parar a Solvang. De un momento a otro nos encontrábamos en Dinamarca. Realmente increíble el lugar, parece de cuento. Desayunamos y caminamos por todo el pueblo.






Ya enfilados en la carretera 1 nos volvimos a encontrar con el mar. La carretera (ya sin semáforos) nos recibió con muchas curvas dignas de hacer en moto, así que no hubo mas que dejarlo en el anhelo.
No, no somos nosotros...aún
Los bellos paisajes no nos dejaron nunca

A la derecha el Parque Nacional Los Padres y a la izquierda el Pacífico. Increíbles los paisajes. Justo cuando pensamos que ya lo habíamos visto todo, nuevamente un vuelco en la ruta. Así como así en medio de la nada un refugio de focas elefante. Impresionante ver tal cantidad de estos animales en la playa echados tomando el sol, cubriéndose de arena, peleando, gritando. lentos y gordos pero increíbles. Lo que nos sorprendió es el gran respeto que hay hacia los animales, limpio el lugar, un brandal que divide la zona de los animales de los visitantes. 





Welcom to GORDA
Pusimos gasolina en Gorda, realmente no tiene trascendencia el contarles esto pero nos pareció muy cagado el nombre del pueblo.

Nos cayó la noche poco antes de entrar a San Francisco. Sufriendo con los nervios, a todo lo que nuestro flamante carrito daba y  en medio de los gigantescos freeways entramos a la ciudad y medio perdidos apoyados con el google maps llegamos a casa de Nate y Marisol (Enano) quienes nos esperaban ya desde hacía algunas horas.

Fue increíble para mi volverme a reunir con el Enano, aunque hacía ya un par de años que nos vimos en Morelia, el tiempo es realmente relativo. De esto les cuento en otro post.

San Francisco es una ciudad que definitivamente estaba fuera de nuestra expectativa. Es una ciudad tranquila, bohemia y donde la ley parece no estar en el rigor del resto de la ciudades en que hemos estado. (Copia este link, ponle play y sigue leyendo: https://www.youtube.com/watch?v=bch1_Ep5M1s)

Sin saberlo elegimos un excelente fin de semana en San Francisco. La primera razón fue que el clima era perfecto, soleadito pero con el viento fresco y la segunda fue que ese fin de semana celebraban el Gay Pride.







A pesar de que nos lo habían contado, nos sorprendió ver la cantidad de gente que vive en la calle, muchos de ellos por gusto o estilo de vida y muchos otros que se quedaron en el viaje. El característico olor a marihuana nos encontraba en cada calle, gente gritando, hablando sola, músicos, artistas y hasta un hombre completamente desnudo caminando casual en la calle como si fuera lo mas normal.

El Gay Pride weekend fue genial, nos lo pintaron mas alocado pero definitivamente lo que descubrimos fue la unión de la gente hacia una causa común. Muchas organizaciones sociales, sociedades protectoras de animales, gobierno, prestadores de servicios públicos, canales de televisión y en general la gente de San Francisco...todos de fiesta por la aceptación del matrimonio gay, felicidades por esto!

Descubrir San Francisco fue lindísimo!! Nos dimos a la tarea de caminar por casi todos los barrios, excepto por el de los zombies. El jardín del té, el barrio chino y el barrio latino son preciosos, literal es transportarnos a Japón, China y México. No faltó el señor vendiendo paletas de La Michoacana en un carrito. 

Increíble reencuentro
Andar en bicicleta fue otra gran odisea. Ahí nos tienen puestísimos para conquistar la ciudad, llegamos hasta el Golden Gate ya con la lengua de fuera y el regresooo por las subidas y bajadas... será divertido decían. Aun así vale la pena hacerlo. Eso sí, el clásico olor a mota en cada esquina no abandona ni en el parque Golden Gate

De Sausalito puedo decir que además de impresionantes los veleros y los barcos de la marina, me impresionó, encontrar un piano y un auto lleno de "cositas". Ambos pertenecen a una pequeña comunidad llamada Galilee Harbor Community, en donde viven 38 personas en barcos distintos y tienen una especie de autogobierno.

Entrada de Galilee Harbor




Pero en definitiva lo mejor fue compartir con Nate y Marisol su hogar y sus historias. Tomar café en una taza hecha por mi querida amiga no tiene precio y mas saber que hacer cerámica es su pasión. Conocer a sus amigos, compartir el día a día y probar nuevamente unos deliciosos chilaquiles, hicieron que nuestra partida fuera muy pero muy complicada. Incluso nos quedamos una noche mas de lo previsto. Valió la pena pues ese día fuimos a Sausalito y tuvimos una cena súper divertida.

Los mejores chilaquiles
del mundo
Mas que San Francisco fue lo lindo de sentirnos recibidos por esta pareja tan linda de amigos.  Comimos delicioso, nos reímos, caminamos, descansamos, nos dolió el trasero por andar en bici y recordamos viejas historias. Estoy seguro que nos volveremos a encontrar. 
En la clásica escalerita de las casas





Una helada playa de San Francisco
Partimos temprano rumbo a Shasta, uno de los grandes sueños de Aris de este viaje. Con la lágrima en los ojos por la despedida y tras varios minutos de poca conversación, tomamos nuevamente el camino, felices por descubrir lo que viene.

¡¡¡Shasta allá vamos!!!
Y como dijo Scott McKenzie: ...if you come to San Francisco summertime will be a love-in there...

Nota al pie: Tuve mi primer encuentro lleno de temor con un Tattoo Studio sin llevar a cabo nada y a Aris le afecto un poco el oler tanta mota en las calles... en parte del viaje. 






No hay comentarios:

Publicar un comentario